miércoles, 6 de marzo de 2013

Mensajes diario



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LECCIÓN 065         
Mi única función es la que Dios me dio.
La idea de hoy reafirma tu compromiso con la salvación. También te recuerda que no tienes ninguna otra función salvo ésa. Ambos pensamientos son obviamente necesarios para un compromiso total. La salvación no podrá ser tu único propósito mientras sigas abrigando otros. Aceptar la salvación como tu única función entraña necesariamente dos fases: el reconocimiento de que la salvación es tu función, y la renuncia a todas las demás metas que tú mismo has inventado.
Ésta es la única manera en que puedes ocupar el lugar que te corresponde entre los salvadores del mundo. Ésta es la única manera en que puedes decir, y decirlo en serio: 'Mi única función es la que Dios me dio'. Y ésta es la única manera en que puedes encontrar paz.
Hoy, y durante los próximos días, reserva diez o quince minutos para una sesión de práctica más prolongada, en la que trates de entender y aceptar el verdadero significado de la idea de hoy. La idea de hoy te ofrece el que puedas escapar de todas las dificultades que percibes. Pone en tus manos la llave que abre la puerta de la paz, la cual tú mismo cerraste. Es la respuesta a la incesante búsqueda en la que has estado enfrascado desde los orígenes del tiempo.
Trata, en la medida de lo posible, de llevar a cabo las sesiones de práctica más largas a la misma hora todos los días. Trata asimismo, de fijar esa hora de antemano, y de adherirte luego al máximo al horario establecido. El propósito de esto es organizar tu día de tal manera que hayas reservado tiempo para Dios, así como para todos los propósitos y objetivos triviales que persigues. Esto es parte del entrenamiento a largo plazo que tu mente necesita para adquirir disciplina, de modo que el Espíritu Santo pueda valerse de ella de manera consistente para el propósito que comparte contigo.
En la sesión de práctica más prolongada, comienza repasando la idea de hoy. Luego cierra los ojos y repite la idea para tus adentros una vez más, observando tu mente con gran detenimiento a fin de poder captar cualquier pensamiento que cruce por ella. Al principio, no trates de concentrarte exclusivamente en aquellos pensamientos que estén relacionados con la idea de hoy. Trata, más bien, de poner al descubierto cada pensamiento que surja para obstaculizarla. Toma nota de cada uno de ellos con el mayor desapego posible según se presente, y deséchalos uno por uno a medida que te dices a ti mismo:
    Este pensamiento refleja un objetivo que me está impidiendo aceptar mi única función.
Después de un rato, te resultará más difícil poder detectar los pensamientos que causan interferencia. Sigue tratando, no obstante, durante un minuto más o menos, intentando detectar algunos de los pensamientos vanos que previamente eludieron tu atención, pero sin afanarte o esforzarte innecesariamente en ello. Luego repite para tus adentros:

    Que en esta tabla rasa quede escrita mi verdadera función.
No es preciso que uses estas mismas palabras, pero trata de tener la sensación de que estás dispuesto a que tus propósitos ilusorios sean reemplazados por la verdad.
Finalmente, repite la idea de hoy una vez más y dedica el resto de la sesión de práctica a reflexionar sobre la importancia que dicha idea tiene para ti, el alivio que su aceptación te ha de brindar al resolver todos tus conflictos de una vez por todas, y lo mucho que realmente deseas la salvación, a pesar de tus absurdas ideas al contrario.
En las sesiones de práctica más cortas, que deben hacerse por lo menos una vez por hora, usa el siguiente modelo al aplicar la idea de hoy:
    Mi única función es la que Dios me dio.
    No quiero ninguna otra ni tengo ninguna otra.
Cierra los ojos en algunas ocasiones al practicar esto, y en otras, manténlos abiertos mientras miras a tu alrededor. Lo que ahora ves será totalmente diferente cuando aceptes la idea de hoy sin reservas.
Un Curso De Milagros

 Yo soy el Ángel de la Hermandad

Mi resplandor sagrado cobija a todos los hijos de Dios… y yo, que te guardo amor fraternal, hoy tengo una misión especial: llenarte de luces… destellos… fulgores… y conducirte dulcemente a disfrutar de un día sin igual.
Ven cariño… ven a mis brazos. Apóyate en mi pecho y cierra los ojos. Ahora aspira profundamente… pausadamente… y observa… Ángeles, ángeles, ángeles… sus auras llenan el espacio y más allá del espacio. Sus colores se conjuntan… te bañan… azul, blanco, rosa, verde, dorado y más… ¡Y todos son tus hermanos!…
¡Sí! Todos somos hermanos, porque todos tenemos un origen común: un mismo Padre… Dios Nuestro Señor… Y Él quiere que ángeles y hombres formemos una Hermandad de Amor.
Y el tiempo ha llegado… Cada vez habrá más seres humanos unidos a nosotros realizando este deseo de Dios. Por eso quiero que en el día de hoy estés junto a mí permitiendo que yo te conduzca… te proteja y vele por ti. Hay sorpresas en el aire… ¡Suspira, sonríe y espera feliz!.....
Con Amor en mi corazón
YO SOY AMOR
YO SOY UN ÁNGEL EN LA TIERRA
Agenda Angelical de Lucy Aspra
AUTOR LUCY ASPRA


Af irmacion diaria
La paz y la armonía divinas me rodean y habitan en mi interior. Confío en el proceso de la vida. Louise Hay

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