LECCIÓN 230
Ahora buscaré y hallaré la paz de Dios.
Fui creado en la paz. Y en la paz permanezco. No me ha sido
dado poder cambiar mi Ser. ¡Cuán misericordioso es Dios mi Padre, que al
crearme me dio la paz para siempre! Ahora sólo pido ser lo que Soy. ¿Y podría
negárseme eso cuando es eternamente verdad?
Padre, busco la paz que Tú me diste al crearme. Lo que se me
dio entonces tiene que encontrarse aquí ahora, pues mi creación fue algo aparte
del tiempo y aún sigue siendo inmune a todo cambio. La paz en la que Tu Hijo
nació en Tu Mente aún resplandece allí sin haber cambiado. Soy tal como Tú me
creaste. Sólo necesito invocarte para hallar la paz que Tú me diste. Es Tu
Voluntad la que se la dio a Tu Hijo.
Mi aura de belleza extraordinaria ilumina la Creación. Hoy llego a tu vida para derramar sobre ti mi luz. Déjame que te bañe de amor, la esencia divina de Nuestro Padre Celestial.
Ven a mis brazos, que te aguardan para estrecharte con dulzura, con profunda ternura… porque te amo con el más grande amor. Aspira profundamente mi suprema emanación. Cierra tus ojos y visualiza un mundo noble, un mundo que cambia… se engrandece y responde al amor.
Tú estás participando sólo con desear el bien para la Humanidad. Sé majestuoso… íntegro… piensa con bondad y con grandeza… porque te rodearás de aquello en lo que piensas.
Eso irá tomando forma… y como lo piensas, se mantendrá y se hará consistente. Ahora… toma mi mano… y ven. ¡Vamos a cosechar tu triunfo!… todo este día estaré junto a ti… amándote profundamente.
Autor: Lucy Aspra
Afirmación diaria
Las personas que hay en mi vida son en realidad mis espejos. Mi mundo es un lugar seguro y acogedor.
Louise Hay
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