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LECCIÓN
191
Soy el santo Hijo de Dios Mismo.
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He
aquí la declaración de tu liberación de las cadenas del mundo. Y he aquí
asimismo la liberación del mundo entero. No te das cuenta de lo que has hecho
al asignarle al mundo el papel de carcelero del Hijo de Dios. ¿Que podría
ser entonces sino un mundo depravado y temeroso, amedrentado por las
sombras, vengativo y salvaje, desprovisto de razón, ciego y enajenado por
el odio?
¿Qué has hecho para que éste sea tu mundo? ¿Qué has hecho para que sea
eso lo que ves? Niega tu Identidad, y ése es el resultado. Contemplas el
caos y proclamas que eso es lo que tú eres. No ves nada que no dé
testimonio de ello. No hay sonido que no te hable de la flaqueza que hay
dentro y fuera de ti; ni aliento que respires que no parezca acercarte
más a la muerte,- ni esperanza que alientes que no haya de acabar en
llanto.
Niega tu verdadera Identidad y no podrás escaparte de la locura que dio
lugar a este extraño, antinatural y fantasmal pensamiento que se burla de
la creación y se ríe de Dios. Niega tu verdadera Identidad, y te
enfrentas al universo solo, sin un amigo una diminuta mota de polvo
contra legiones de enemigos. Niega tu verdadera Identidad y contemplarás
la maldad, el pecado y la muerte, y verás la desesperanza arrebatarte de
las manos todo vestigio de esperanza, dejándote solamente con ansias de
morir.
Sin embargo, ¿qué podría ser esto sino un juego en el que puedes negar tu
Identidad? Eres tal como Dios te creó. Creer cualquier otra cosa es
absurdo. Con este solo pensamiento todo el mundo se libera. Con esta sola
verdad desaparecen todas las ilusiones. Con este solo hecho se proclama
que la impecabilidad es eternamente parte integral de todo, el núcleo
central de su existencia y la garantía de su inmortalidad.
Deja que la idea de hoy encuentre un lugar entre tus pensamientos, y te
habrás elevado muy por encima del mundo, así como por encima de todos los
pensamientos mundanos que lo mantienen prisionero. Y desde este lugar de
seguridad y escape retornarás a él y lo liberarás. pues aquel que puede
aceptar su verdadera Identidad realmente se salva. y su salvación es el
regalo que les hace a todos, como muestra de gratitud hacia Aquel que le
mostró el camino a la felicidad que cambió toda su perspectiva acerca del
mundo.
Basta con un solo pensamiento santo como éste para liberarse: tú eres el
santo Hijo de Dios Mismo. y con este pensamiento santo comprendes
asimismo que has liberado al mundo. No tienes necesidad de usarlo
cruelmente, y luego percibir esa misma necesidad en él. Lo liberas de tu
aprisionamiento. No verás una imagen devastadora de ti mismo vagando por
el mundo llena de terror, mientras que éste se retuerce en agonía porque
tus miedos han dejado impreso en su corazón el sello de la muerte.
Alégrate hoy de cuán fácilmente desaparece el infierno. No necesitas más
que decirte a ti mismo:
Soy el santo Hijo de Dios Mismo. No puedo sufrir
ni sentir dolor;
no puedo sufrir pérdidas ni dejar de hacer todo
lo que la salvación me pida.
Y con ese pensamiento todo lo que contemples
cambiará por completo.
Un milagro ha iluminado todas las lúgubres y viejas cavernas en las que
los ritos de la muerte reverberaban desde los orígenes del tiempo. Pues
el tiempo ya no tiene dominio sobre el mundo. El Hijo de Dios ha venido
radiante de gloria a redimir a los que estaban perdidos, a salvar a los
desvalidos y a darle al mundo el regalo de su perdón. ¿Quién podría ver
el mundo como un lugar siniestro y pecaminoso cuando el Hijo de Dios ha
venido por fin a liberarlo nuevamente?
Tú que te percibes a ti mismo como débil y frágil, lleno de vanas
esperanzas y de anhelos frustrados; nacido sólo para morir, llorar y
padecer, escucha esto: se te ha dado todo poder en la tierra y en el
Cielo. No hay nada que no puedas hacer. juegas el juego de la muerte, el
de ser impotente, el de estar lamentablemente encadenado a la disolución
en un mundo que no tiene misericordia contigo. No obstante, cuando tengas
misericordia con él, su misericordia resplandecerá sobre ti.
Deja entonces que el Hijo de Dios despierte de su sueño, y que al abrir
sus ojos santos, regrese para bendecir el mundo que él fabricó. Éste
nació de un error, pero acabará en el reflejo de la santidad del Hijo de
Dios. y éste dejará de dormir y de soñar con la muerte. únete a mi hoy.
Tu gloria es la luz que salva al mundo. No sigas negándote a conceder la
salvación. Contempla el mundo que te rodea, y observa el sufrimiento que
se abate sobre él. ¿No está acaso dispuesto tu corazón a llevarles
descanso a tus fatigados hermanos?
Ellos tienen que esperar hasta que tú te liberes. Permanecen encadenados
hasta que tú seas libre. No pueden ver la misericordia del mundo hasta
que tú la encuentres en ti mismo. Sufren hasta que tú niegues que el
dolor te atenaza. Mueren hasta que tú aceptes tu propia vida eterna. Eres
el santo Hijo de Dios Mismo. Recuerda esto, y el mundo entero se libera.
recuerda esto, y la tierra y el Cielo son uno.
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YO SOY EL ÁNGEL DEL ORDEN
El fulgor de mi aura emite la esencia que
usó DIOS para crear el mundo. Este respalndo continúa bañando la
Creación porque hay orden en toda Su Divina manifestación. Es con esta
luz con la que llego a ti para alegrar tu vida.
Ven… coge mi mano… entra en mi resplandor
celestial.
cierra tus ojos y aspira. Ahora piensa en
tu vida, en qué área deseas organizar. Imagina cómo deseas que sea.
Visualida a los ángeles dorados junto a ti,
aconsejándote… disponiendo… colocando todo en su lugar y estableciendo
normas.
Ahora visualiza cómo yo derramo mi esencia
como polvo de oro sobre toda la escena. Ya brilla estable… har paz,
armoía, todo funciona bien.
Caminemos juntos. Yo estaré contigo el
tiempo que quieras, cubriéndote con mi resplandor.
Ahora, sé dichoso y ven conmigo a saluda al
Ángel de la Mañana, que ansioso te aguarda con regalos enviados del
cierlo… con amor, para TI...
Estoy en tí, tu estas en mí, SOMOS UN SOLO
SER.….
Con Amor en mi corazón
Agenda Angelical de Lucy Aspra
AUTOR LUCY ASPRA
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Afirmación diaria
Soy una persona cada vez más
simpática. Los demás me consideran afectuosa y capaz de perdonar. Louise Hay
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