Se te ha dado todo. La confianza que Dios tiene en ti es infinita. Él conoce a Su
Hijo. Él da sin hacer excepciones y sin reservarse nada que pudiera contribuir
a tu felicidad. Sin embargo, a menos que tu voluntad sea una con la Suya, no
podrás recibir Sus dones, Mas ¿qué podría hacerte pensar que hay otra
voluntad aparte de la Suya?
He aquí la paradoja que sirve de fundamento a la fabricación de este mundo.
Este mundo no es la Voluntad de Dios, por lo tanto, no es real. No obstante,
aquellos que creen que lo es no pueden sino creer que hay otra voluntad, la
cual produce efectos opuestos a los que Él dispone. Esto es claramente
imposible; mas la mente de aquel que contempla el mundo y lo juzga como real,
sólido, digno de confianza y verdadero cree en dos creadores; o mejor dicho
en uno: él mismo. Mas nunca en un solo Dios.
Todo aquel que alberga creencias tan extrañas como éstas no puede aceptar los
dones de Dios pues se ve obligado a creer que aceptarlos, por muy evidentes
que se vuelvan, por muy grande que sea la urgencia con la que se le exhorta a
reclamarlos como propios, es verse presionado a traicionarse a sí mismo. por
lo tanto, tiene que negar la existencia de dichos dones, contradecir la
verdad y sufrir para preservar el mundo que él mismo construyó.
He aquí el único hogar que cree conocer. He aquí la única seguridad que cree
poder encontrar. Sin ese mundo que él mismo construyó se siente como un
paria, sin hogar y preso del miedo. No se da cuenta de que en ese mundo es
donde en verdad es presa del miedo y donde no tiene un hogar; donde es un
paria que en su vagar se ha alejado tanto de su hogar, y por tanto tiempo,
que no se da cuenta de que se ha olvidado de dónde vino, adónde va, e incluso
de quién es en realidad.
No obstante, los dones de Dios lo acompañan en su solitario e insensato
vagar, aunque él no se dé cuenta, No puede perderlos. Pero no ve lo que se le
ha dado. Continúa errante, consciente de la futilidad que le rodea por todas
partes, viendo como lo poco que tiene no hace sino menguar, conforme él sigue
adelante sin ir a ninguna parte. pero aún así, continúa deambulando en la
miseria y en la pobreza, solo, aunque Dios está con él, y en posesión de un
tesoro tan grande que, ante su magnitud, todo lo que el mundo ofrece no tiene
ningún valor.
Su aspecto da lástima; está cansado y rendido; viene harapiento, y los pies
están ensangrentados por los abrojos del camino que ha venido recorriendo. No
hay nadie que no se haya identificado con él, pues todo el que viene aquí ha
seguido la misma senda que él recorre, y se ha sentido derrotado y
desesperanzado tal como él se siente ahora. Mas, ¿es su situación realmente
trágica, si te percatas de que está recorriendo el camino que él mismo
eligió, y que no tiene más que darse cuenta de Quién camina a su lado y abrir
sus tesoros para ser libre?
Éste es el ser que has elegido, el que forjaste para reemplazar a la
realidad. Éste es el ser que defiendes ferozmente contra toda muestra de
razón, toda prueba, así como contra todos los testigos que te pueden
demostrar que eso no es lo que tú eres. No les haces caso. Sigues el camino
que te has trazado, cabizbajo, no vaya a ser que captes un atisbo de la verdad,
te libres del autoengaño y quedes en libertad.
Te retraes temerosamente no vaya a ser que sientas el toque de Cristo sobre
tu hombro y percibas Su amorosa mano apuntando hacia tus dones ¿Cómo podrías
decir entonces que la pobreza te acompaña en el exilio? El te haría reír de
semejante percepción de ti mismo. ¿Cómo podrías entonces seguir teniendo
lástima de ti mismo? ¿Y qué pasaría entonces con toda la tragedia que
procuraste para aquel que Dios dispuso que gozase únicamente de dicha?
Tu miedo ancestral te ha salido al encuentro ahora, y por fin la justicia ha
dado Contigo. Cristo ha puesto Su mano sobre tu hombro, y ya no te sientes
Solo. Piensas incluso que el miserable yo que creíste ser tal vez no sea tu
verdadera Identidad. Tal vez la Palabra de Dios sea más cierta que la tuya.
tal vez los dones que Él te ha dado son reales. Tal vez tu plan de mantener a
Su Hijo sepultado en el olvido y de seguir por el camino que elegiste
recorrer separado de tu Ser no lo ha engañado del todo.
La Voluntad de Dios no se opone a nada. Simplemente es. No es a Dios a Quien
has aprisionado con tu plan de querer perder tu Ser. Él no sabe nada de un
plan tan ajeno a Su Voluntad. Hubo una necesidad que Él no entendió, y Él
simplemente dio una Respuesta. Eso es todo, y tú, a quien se le ha dado esa
Respuesta, no tienes necesidad de nada más.
Ahora vivimos, pues ahora no podemos morir. El deseo de morir ha recibido
respuesta, y la vista mediante la cual se contemplaba a la muerte ha sido
substituida por una visión que percibe que tú no eres lo que pretendes ser.
Uno que marcha a tu lado le ofrece a cada uno de tus temores esta piadosa
respuesta:
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Yo
Soy el Ángel de la Bienandanza.
Desciendo
de caminos celestiales para entrar en tu vida y purificarla con amor… para
iluminar tu camino. Observa con los ojos de tu alma y contempla mi
resplandor de paz. Mi esencia transmuta los escollos en oportunidades para
avanzar y te lleva más pronto a las puertas de la felicidad.
Ven…
aspira mi energía sagrada, aspira profundamente tres veces y absorbe mi
emanación de luz. Ahora contempla un sendero recto… sin curvas… va directo
al resplandor. Observa cómo te conduzco por esa vía de luz.
Éste
es el camino. No hay otro… no dudes por cuál debes transitar… ¿Y te has
fijado?… a los lados hay ¡ángeles!… Ángeles que iluminan con faroles de
amor. Quieren facilitarte el trayecto, quieren ayudarte a avanzar.
No
estás solo… siempre hemos caminado junto a ti. Ahora, préstanos atención…
te amamos y queremos guiarte con amor. Hoy te hemos iluminado un día
mágico… y por ello sabrás qué camino tomar…
En
Amor Y Gratitud,
¡Que
tengan un muy buen día!
LUCY
ASPRA ♥♥♥♥♥♥♥♥♥
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Afirmación
diaria
Todas
mis experiencias son oportunidades de aprender y crecer. Louise Hay
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Un
Curso de Milagros
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