viernes, 15 de octubre de 2010

Ira , pensamientos negativos y resentimiento. Por Nick Arandes

Pregunta: "Hola de nuevo, Nick! Necesito plantearte algo urgente para mí... Es el tema de la "auto-aceptación"... He estado observándome en diferentes ocasiones, y veo que cuando me surge algún juicio hacia alguien, sobre todo el enfado, lo estoy continuamente entregando al Espíritu Santo... Pero también me he dado cuenta de una trampa: al no dirigir ese enfado o energía de juicio hacia "fuera", al no buscar una "diana" para mis dardos, esa ira la acabo reprimiendo ó la redirijo hacia mí, enfadándome conmigo misma!!! Hago la entrega, practico el perdón, pero hay una parte de mí que sigue en conflicto, que no soy capaz de confiar completamente... Y ahí sigo sufriendo, porque no transciendo mi enfado, no lo estoy sanando ni deshaciendo, porque se ha convertido en una tendencia a la autocrítica, autoreproche, los "debería", sentimiento amargo y pesaroso... ("por muchos cursos que hagas y muchas meditaciones que hagas, siempre estás igual de mal, nunca vas a mejorar...") Con lo cual, esa ira o ese juicio sigue alimentándose en vez de menguar y mucho menos deshacerse... Me dicen que para sanar eso primero tengo que aceptarme completamente, con mis luces y mis sombras ¿cómo se hace eso??? No consigo aceptarme y tampoco confiar...Muchas gracias de antemano, Nick."

Comentario: Eso que experimentas es muy común. Muchas personas que embarcan en este camino se creen que ser espiritual significa que no sintamos ira y que todo sea paz. Recuerda que el objetivo de este camino es el de brindar nuestras obscuridades a la luz para que las misma puedan ser sanadas.
Esto no es fácil puesto que para brindar algo a la luz, primero tenemos que reconocerlo, no como algo verdadero, pero que como algo que creemos que es verdadero, y al brindarlo a la luz, ahí es donde nos damos cuenta de que esa aparente obscuridad no tenia ningún poder sobre nosotros.
Por eso es que el ego no quiere que miremos a dentro, y es por eso que Un Curso de Milagros me recuerda, “No tengas miedo de mirar en tu interior. El ego te dice que lo único que hay dentro de ti es la negrura de la culpabilidad, y te exhorta a que no mires." T-13.IX.8:1-2 Luego nos recuerda, "Dentro de ti está la santa señal de la perfecta fe que tu Padre tiene en ti. Tu Padre no te evalúa como tú te evalúas a ti mismo. Él se conoce a Sí Mismo, y conoce la verdad que mora en ti. Sabe que no hay diferencia alguna entre Él y dicha verdad, pues Él no sabe de diferencias. ¿Puedes acaso ver culpabilidad allí donde Dios sabe que hay perfecta inocencia? Puedes negar Su conocimiento, pero no lo puedes alterar. Contempla, pues, la luz que Él puso dentro de ti, y date cuenta de que lo que temías encontrar ahí, ha sido reemplazado por el amor." T-13.IX.8:7-13
Ahora, la ira surge cuando creemos que necesitamos algo, y al no obtenerlo nos sentimos heridos y enfogonados. Recuerda que si no tenemos aferramientos, no hay cabida para la ira. En otras palabras, si aceptamos todos y todo tal y como es, sin resistir nada, no hay necesidad para la ira. El manual de Psicoterapia de Un Curso de Milagros me recuerda, “La psicoterapia es un proceso que cambia la visión de “yo”. A lo sumo, este “nuevo yo” es un concepto de si mismo mas beneficioso, pero no puede esperarse que la psicoterapia establezca que es realidad. Esa no es su función. Si logra abrirle paso a la realidad, ha alcanzado su máximo éxito. Toda su función, al final, consiste en ayudar al paciente a manejar un error fundamental: la creencia de que la ira le ofrece algo que en realidad desea, y de que al justificar el ataque se esta protegiendo a si mismo. En la medida en que llegue a darse cuenta de que esto es un error, en esa misma medida se ha salvado realmente.” P-2.In:1:1-6
Relacionado a tu pregunta, no hay nada malo en buscar un escape sano, y la palabra clave es “sano”, para que esa energía interna se pueda expresar sin mantenerla a dentro. A través del perdón, eventualmente la ira poco a poco se va debilitando, no porque la ira fuese real, sino que porque al ser transformada tu mente, ya estas observando a tus proyecciones desde un punto de vista diferente: desde el punto de vista del Espíritu Santo.
Miremos a tu experiencia de esta nueva manera. Imaginate caminar por un túnel entre New York y New Jersey. El túnel es de 2 millas de largo. Cuando estas suficientemente metida en el túnel, diríamos, un cuarto de milla, lo que ves es pura oscuridad. Sin embargo, lo único que te va a ayudar a llegar al otro lado del túnel, es poniendo un pie en frente al otro. No son tus creencias, ni tus pensamientos, ni tus juicios, solo tu confianza en tu Guía interno que te pide que sigas caminando (perdonando). Si lo haces sin parar, eventualmente llegaras al otro lado.
El perdonar nos da la oportunidad de remover un poquito de la ira (culpabilidad, percepción incorrecta), hasta que la misma no tenga tanto poder sobre nosotros. Y si tenemos mucha resistencia inconsciente, obviamente tardara mas tiempo para que la culpabilidad sea removida. Por eso es que practicamos diligentemente.
Ahora, si sentimos ira, o algún tipo de dolor psicológico, mientras practicamos el perdón, como había mencionado antes, es bueno buscar una forma saludable de dejarla salir, ya sea a través de darle a una almohada, o gritar, o si tenemos una amistad a quien podemos compartir lo que sentimos, etc.
Lo importante es que si compartimos lo que sentimos con una amistad, o gritamos, o le pegamos a una almohada, o lo que te sientas inspirada a hacer, asegurarte de que estas tomando completa responsabilidad de lo que sientes para que el ego no te haga creer que eres una víctima.
Los que tratan de suprimir sus sentimientos creyendo que son muy espirituales, lo que hacen es empeorar la situación. Así que entiendo lo que estas experimentando puesto que estas en medio de ese túnel, pero lo único que puedo compartir es que continúes pidiendole al Espíritu Santo que te ayude a llenar tu mente de paz.
No te juzgues por que no experimentas paz, solo continua practicando escuchar a la voz del Espíritu Santo a través de tu paz, y confía en el proceso. En otras palabras como había mencionado antes, confía en que si continúas poniendo un pie en frente al otro (perdonando), vas a salir al otro lado del túnel.
Recuerda, perdona, y confía, perdona, y confía. Te digo que han habido situaciones donde eso era lo único que podía hacer, a veces por meses. Tuve una experiencia con una relación donde después que nos separamos, como por el primer mes se me fue muy difícil dejar ir mis sentimientos de resentimiento por lo que había ocurrido, pero cada día, y cada noche, lo único que podía hacer era perdonar, y confiar, perdonar, y confiar.
Después de como un mes y medio, empece a sentir mas paz, pero todavía había residuo, y continue practicando el perdón, y aunque todavía no te puedo decir que todo sentimiento ha sido completamente eliminado, estoy en un estado mental muchísimo mejor que en el que estaba antes, donde casi todo ese resentimiento ha sido eliminado.
Pero para mi no fue tan fácil. Pero como todo, no importa cual sea nuestro aparente problema, la solución es siempre la misma:
“Es fácil entender las razones por las que no le pides al Espíritu Santo que resuelva todos tus problemas por ti. Para Él no es más difícil resolver unos que otros. Todos los problemas son iguales para Él, puesto que cada uno se resuelve de la misma manera y con el mismo enfoque (perdón). Los aspectos que necesitan solución no cambian, sea cual sea la forma que el problema parezca adoptar.“ T-26.II.1:1-4

Un fuerte abrazo!

No hay comentarios: