domingo, 26 de octubre de 2014

Mensaje diario





LECCIÓN 299
La santidad eterna mora en mi.
Mi santidad está mucho más allá de mi propia capacidad de comprender o saber lo que es. No obstante, Dios, mi Padre, Quien la creó, reconoce que mi santidad es la Suya. Nuestra Voluntad conjunta comprende lo que es. Y nuestra Voluntad conjunta sabe que así es.
Padre, mi santidad no procede de Mi. No es mía para dejar que el pecado la destruya. No es mía para dejar que sea el blanco del ataque. Las ilusiones pueden ocultarla, pero no pueden extinguir su fulgor ni atenuar su luz. Se yergue por siempre perfecta e intacta. En ella todas las cosas sanan, pues siguen siendo tal como Tú las creaste. y puedo conocer mi santidad, pues fui creado por la Santidad Misma, y puedo conocer mi Fuente porque Tu Voluntad es que se Te conozca.

Un Curso De Milagros


Yo soy el Ángel  de la Honestidad
Mi aura, de enorme fulgor y de radiantes colores, se compone de virtudes divinas y hoy vibra especialmente para ti. Mi luz es de justicia, recato, decencia y honradez.
Hoy desciendo a tu vida para iluminar tu camino y rociarlo de aromas… animándolo con notas de amor.
Ven pues… ven a mis brazos… acurrúcate en mi pecho. Cierra tus ojos y aspira profundamente… Absorbe mi esencia… Recibe estos dones y conviértete en conducto de mi luz.
Observa tu espacio. Hay fulgores y destellos sublimes. Entrégate al dulce sonido de mi voz. Practica siempre la decencia.
Nunca utilices a los demás. No vale la pena el logro si el precio descarta la equidad. Recuerda que tu meta no es la temporalidad… porque Dios te hizo para la Eternidad. Y allí… tienen más valor los tesoros celestiales que en la Tierra todos los bienes materiales.
Ahora… sigue en mis brazos… celebraremos juntos este día que, como los ángeles te auguramos, será de esplendor.
Con Amor en mi corazón
YO SOY AMOR
YO SOY UN ÁNGEL EN LA TIERRA
Agenda Angelical de Lucy Aspra
AUTOR LUCY ASPRA
Afirmación diaria
Estoy dispuesto a crecer y a cambiar: Cada momento me ofrece una maravillosa oportunidad para ser más yo mismo.
Louise Hay

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